domingo, 12 de octubre de 2008

zapatos sucios

El sol de un domingo desapacible de Madrid, climatologicamente hablando, me deslumbra y me ofende los ojos. Son las doce del mediodía, salgo del piso de Irene, la chica que conocí en la boda de un amigo el día anterior, y con la que me he acostado esa noche. Llevo un traje de boda, una camisa extremadamente arrugada y los zapatos muy sucios de la noche anterior.
Emprendo mi camino de vuelta a casa caminando y envuelto en una serie de pensamientos extraños. Aunque me acosté con Irene, con la que me quería haber acostado es con Eva, compañera de piso, amiga de mi ligue e invitada a la misma boda que nosotros.
No entiendo a encontrar que es lo que hice mal, varios de mis amigos apostaban a que me liaría con ella, y mas después de una representación de acoso y derribo por tu parte. Representación que consistió en una veintena de fotos agarradisimos ensayando poses de modelos, los cuatro o cinco bailes que nos echamos, las cuatros o cinco copas que compartimos del mismo vaso, o el par de veces que me cogió de la mano para llevarme a la barra.
No entiendo a encontrar que fue, si la falta de miradas lascivas por mi parte, si me excedí con el desinterés precalculado o el hecho de que al final de la noche no fui más evidente...

Tal vez simplemente malinterprete todas esas muestras de sobre-extroversión,sonrisas y simpatía que para mi eran indicios claros de un juego de seducción.
En cualquier caso y tal y como dijo mi amigo "tienes un plan B asegurado" y ese plan fue Irene. Seguramente el que fueran compañeras de piso me hizo decidirme por ejecutarlo y eso dio lugar a un encuentro casual en el pasillo "y tu que haces aquí??".

Lo curioso es que no puedo dejar de pensar en ella, y en si hacer algo para conseguir su teléfono, y mas cuando ahora me verá con otros ojos después del affaire con su compañera (aunque esto último no sé si resulta negativo por necesidad).

Sigo caminando por fuencarral cuando una gota de la lluvia del día anterior cae de un tejado e impacta en mi nuca, la sensación es fría y molesta y me recuerda a algo parecido a un remordimiento, la conciencia me dice que, a pesar de estar ilusionado y tonto como un quinceañero enamorado, sigo teniendo novia...

domingo, 28 de septiembre de 2008

fin de semana

he vuelto a quedar con Luciana
Su conversación me distrae continuamente, hago como que escucho pero no estoy allí, mi mente divaga en ideas de trabajo, en conversaciones que he mantenido con otras personas o en repasar mentalmente la agenda del día siguiente.
Apenas tenemos algunas cosas en común, lo que más nos une tal vez sea un desden inusitado por mostrar cariño a la otra persona, de hecho casi se ha convertido en un reto entre nosotros.
Mi falta de interés hacia su persona, dado el hecho de que apenas tiene ni demuestra intereses o aficiones, compite con un altruismo incipiente que se evidencia en querer mostrarle y explicarle mis sitios preferidos de la ciudad.
Acabamos de ir a cenar a un restaurante japonés, para ella es su primera vez en la vida, apenas le ha ilusionado...
Hoy ha intentado hacer algo que todas las mujeres tarde o temprano parecen necesitar cuando empiezan a salir con alguien: 1) definir la relación y 2) saber que es lo que me ha cautivado de ellas o como las percibo.
He sorteado las preguntas con más arte taurino que José Tomás...
Por otra parte sigo con mi "oficial" haciendo vida de pareja de yuppies extraocupados, durmiendo juntos y echando el de los sábados, sabadetes...
otra vez la palabra "rutina" merodea sobre mi cabeza como un buitre hambriento....

viernes, 19 de septiembre de 2008

HD Turbo disk

Esto es lo que resuena en mi mente y en la carpeta spam de mi hotmail.
Borracho hasta las trancas intento cruzar un pasaje que me lleve a Cool, mientras un portero me advierte que esta cerrado desde las 11.
Hace 2 minutos que me he despedido de Orense, de mi amigo incondicional y de un personaje que andorrea por mi club favorito.
Orense me ha dicho que le he caido genial, que soy un tio "de puta madre" y que "es casi funcionaria", me lo ha repetido 3 veces, muestra evidente de ser mas una de sus fobias que de sus filias.
Esquivo luces azules de policia municipall entre las callejuelas de Malasaña para alcanzar mi casa en una vespa que no alcanzo a que camine de forma llneal.
Son las 6 de la mañana, lo único que me preocupa es quien abrirá a la "limpia" mañana... y cuando será el día en que me acueste con mi rollo brasileña.
Esmeralda me ha dicho que tiene 22 años, cuando yo le daba 25.
El periodico ABC robado a mi vecino reza que el IBEX se ha vuelto loco y alcalza la mayor subida de su historia.. Ya soy mileurista, he ganado mas de mil euros en un día....

domingo, 7 de septiembre de 2008

re-encuentro

Tengo un sabor agridulce,... sin lugar a dudar mas agrio que dulce, es lo que he conseguido después de volver a ver a Eva, mi ex del año pasado y objeto de no pocos de los post de este diario.

En "muerte súbita" describía su intención de "dejar de vernos para siempre" cuando cortamos la relación. Medida que yo nunca entendí y que solo acierto a encajar como táctica de higiene mental.

Yo intuía que algún día me llamaría, y le deje estos siete meses de espacio vital para que atenuará unos sentimientos que un día definió de enamoramiento por su parte, y que, a todas luces, no fueron correspondidos por los míos.

"Estoy cerca de tu casa, te apetece quedar?", "Claro, nos vemos en 15 minutos en el Retiro". Un cambio de look sirvió para relajar el impacto del reencuentro y para superar esos temibles primeros 5 minutos de nervios.
Un paseo largo, temas precalculadamente asépticos y un ritual de distancias y roces dieron paso a una despedida extraña. "Por qué me has llamado?", "Quería saber que sentía al volver a verte, y... estoy bien". "Volveremos a ser amigos?", "No, no lo creo, si no hubieses sido mi pareja creo que nunca hubiéramos sido amigos".
Resulta tan extraño como a veces tenemos sentimientos diametralmente opuestos a los que deberíamos tener, y yo, en este caso, no me siento feliz por volver a verla, sino molesto por no volver a tenerla.

Espero que esto no pase de nuevo con mi nuevo ligue de anoche,... Luciana, brasileña, 9 años menor que yo y una belleza y clase natural que compiten con las de una modelo de pasarela.
Mi estrategia de seducción todavía está por ser elaborada. Lastima que siga teniendo novia...

Tribulaciones previas en mi víspera de cumpleaños, que este año encaro con una sensación ambigua de melancolía. Creo que llegará la medianoche y seguiré escuchando a Radiohead...

lunes, 1 de septiembre de 2008

improvisación

No sé que es lo que tiene, pero semana tras semana siento la imperiosa necesidad de acabar en el mismo bar de copas, tal vez sea el ambiente que allí se crea, tal vez sea la música o que la camarera que de vez en cuando me invita por ser "cliente frecuente" a cambio de alguna propina.
Tal vez sea porque puede pasar de todo, porque cuando crees que "está mal", pasan veinte minutos y, de repente, estas bailando rodeado de varios grupos de tías. Imprevisible hasta más no poder, y en ello recae gran parte de su poder.
O, tal vez sea porque sea el bar en el que mas haya ligado.

En todo caso la atracción es enfermiza, la sensación cuando salgo y no he triunfado desoladora. Y este fin de semana ocurrió, no ligué, no conocí a nadie distinto, no encontré ninguna charla interesante que llevarme a la boca. Y parece que ya he encontrado la causa de este mal, la improvisación, o más bien la falta de ella. Elemento constante en todos los virgos, mi afán casi enfermizo por plafinificar, por pensar anticipadamente situaciones, por evaluar riesgos y conversaciones está minando rápidamente mi capacidad de disfrutar la vida tal y como viene.

El sábado esto se materializó en una situación perfecta para ilustrarlo, chica con pinta de extranjera bailando a mi lado, un par de miradas y el amigo que le acompañaba me pregunta si hablo inglés, y me la presenta. Conversación tonta de cuatro preguntas situacionales que acaba en un silencio incomodo, ella va al baño, volver a mi lado cuando sus amigos se han movido denotaría un evidente y precipitado interés hacia mí. Así que, de forma muy diplomática y a la par inteligente, se queda a mitad. Y yo que hago?? ...me quedo sin hacer nada, como aquel ciervo que permanece inmóvil delante de los faros del coche que le va a atropellar... y la ocasión se esfuma, ella se va, no hago nada...
Mi tribulaciones mentales son tan grandes que paso el resto de la noche sin poder relajarme...
Algo tiene que cambiar... lectores, por dios, un plan urgente para corregir mi falta de improvisación!!!

martes, 19 de agosto de 2008

la noche más freack

y allí estaba yo...
tendido de espaldas sobre su cama, en ropa interior, la cabeza apoyada entre dos almohadas que apenas amortiguaban mis gemidos semi-fingidos para que ella siguiera esmerandose en el masaje que me estaba dando.
Ella es Carlota, 36 años, divorciada, un hijo, una perra impertinente...dos conversaciones en el messenger sirvieron para que tras un estúpido e improvisado reclamo del tipo "hoy estoy muy tenso, conoces a alguien que dé masajes", ella accediera con un "bueno, te lo puedo dar yo".
Así que allí estaba, sin poder relajarme ni disfrutar un perfecto masaje, por dos importante razones: 1) una perra que no paraba de dar la coña y 2) su falta de clase y estilo.
No se puede recibir a un hombre, independientemente de que no sepas que intenciones traiga, con un pijama del todo a cien.
No obstante, su cuasi-total complacencia me hacía sentirme mal...
Creo que no la volveré a ver, no sé que es lo que buscaba exactamente al ir a su casa. Tal vez algo que contar, tal vez algo que me aleje del tedio de estos últimos días de agosto, en los que no tengo mucho que hacer.

Estaré echando de menos el trabajo??...

sábado, 26 de julio de 2008

rutina vacacional

Se está convirtiendo casi en una rutina... he vuelto a quedar con algunas amigas de mi "fondo de agenda". Hace 3 días con Paloma y ayer reincidí con Diana.
Paloma es una de mis últimas aventuras de una noche, no de una única noche, puesto que hubo repetición de por medio, pero sí un rollo estrictamente sexual, cosa que los dos sabíamos desde el primer momento. Paloma no llega a los 30 y da clases de interina en un instituto de barrio, tiene un gracioso acento andaluz, desparpajo natural y un pecho de 90 centímetros que, sin embargo, es motivo de complejo, o eso es lo que ella insinúa. Tal vez dichas insinuaciones sean poco sinceras, y se conviertan en simples instrumentos para recabar del interlocutor de turno el obligado "pero si tienes un pecho muy bonito" y obtener ligeras dosis de autoestima.
En todo caso, nuestra cita por teléfono empezaba mal, demasiada carne puesta en el asador de la negociación del sitio en donde quedábamos, para acabar en un neutral kilómetro cero de Sol, al más estilo guiri. Cuando nos encontramos y nos sentamos en una terraza mi intuición me seguía enviando mensajes de alarma "algo pasa, está demasiado borde", y su bordería se deshizo milagrosamente cuando soltó lo que yo ya venía esperando "pues yo estoy con un chico...", mi cara de indiferencia hizo desatar un "porque no sé si al quedar conmigo esperabas que volviera a pasar algo otra vez...", comentario que fue ignorado por mi parte con una ágil pregunta.
La noche seguía su curso, la segunda y la tercera cerveza dieron paso a temas de conversación centrados en un único tema, el sexo, y en las locuras que hacía la gente por ahí, y en lo que nos gustaba hacer a cada uno de nosotros. Curiosamente volvimos al tema de "sus pechos", que con la cuarta cerveza se convirtieron en "sus tetas".
Acabamos con un mojito en un bar cubano, buscando un contacto continuo al susurrarnos continuamente al oído cotilleos y criticas varias sobre los demás parejas del bar.
Todo acabo con un abrazo en la puerta de un taxi y un pensamiento recurrente en mi cabeza sobre si, en algunas de ese par de miradas directas a los ojos hubiera procedido lanzar un beso. En cualquier caso, para que? Hubiera sido tan solo una conquista moral.
Diana tiene 31, diseñadora gráfica, amiga de casualidad desde hace algo más de dos años, en alguna ocasión había intentado diversos acercamientos, que yo sabia esquivar, espaciando nuestros encuentros. Para mi Diana no despierta ese tipo de deseo pasional, sino más bien la fraternidad de un hermano mayor que nunca fui, así que tras dos copas en un bar de chueca, nos fuimos a tomar la última en un bar de moda cerca de mi casa, "creo que estoy borracha...", "te pediré un taxi, entonces", la espera del taxi le sirvió para abrazarme y empezar a comerme el cuello, me deshice de la posición de lucha grecorromana que se deshace de una llave para levantar ágilmente el brazo y parar a un taxi. Un SMS por la mañana me ofrecía sus disculpas "no volverá a pasar".

domingo, 20 de julio de 2008

y entonces volvió a producirse...

era un viernes cualquiera, mendigando un compañero para salir entre pseudo-amigos y conocidos, entre aquellos con los siempre tienes pendiente una llamada que nunca te apetece hacer.
Así que mis ganas de salir me hicieron echar mano de la agenda del móvil, de la lista de contactos del messenger y la chorba-agenda de exs, potenciales y "llamar solo en caso de emergencia", y entre todos y todas, y tras varias negativas, encontré una intercepta que al final accedió, no sé si también fue una cuestión de aburrimiento o la frase correcta "venga, que hoy te saco a bailar, aunque seguro que no me aguantas nada".

Fuera el reto o no lo fuera, allí estaba con Vanesa. Dos citas anteriores sin mucha emoción, sin duda porque ella tenía la típica curiosidad de persona recién llegada a una ciudad nueva, pero también porque tenía las defensas muy altas, con lo cual nuestras conversaciones no pasaron de los habituales análisis de la gran ciudad, de lo caducas que son aquí las relaciones, y de "lo que tienes que ver" y de "qué te tienes que cuidar".
Sin embargo volvió a pasar, la gomina extra fuerte con efecto mojado de l'oreal me aportó la autoestima y la confianza necesaria para sentirme extremadamente tranquilo y seguro. A esto se sumó mi falta de planes y/o objetivos sexuales concretos con lo cual mi semblante transmitía algo que no era para nada amenazador.
Los bares apropiados, los detalles de educación refinada de siempre, la falsa pose de escucha confirmada por un asentimiento constante y por una continua repetición de sus últimas palabras hicieron gran parte del trabajo.
Echar mano al anecdotario de historias desenfadas, el calor, y el creciente entonamiento alcanzado gracias a sendos rones-colas hicieron el resto. Era como una danza de delfines, gestos y señales de atracción y seducción que reconocía y valoraba como un experto catador de vinos cuando reconoce matices en una muestra.
Toques accidentales, contactos precalculados, roces de cuerpo entero al pasar entre la gente en los bares, antebrazo, mano, pecho, coger del brazo mientras caminábamos en la calle... cada uno de sus invites hacia una conquista total de mi cuerpo, se aceleraba tras cada respuesta por mi parte, mano en la espalda, mano en la cintura, acercarme a su oído al decir algo para esquivar la estridente música del local que, sin embargo, escondía un "vuelve a oler mi perfume..."
Todo concluyó saliendo del bar cogidos de la mano, mano en la cintura hasta el taxi, abrazo prolongado, un beso, uno solo, en la mejilla, de despedida.
Yo volví a casa caminando, diez minutos regodeándome en la gloriosa post-cosquista...

A veces me gusta más conquistar que follar, a veces me gusta más que alguien se desnude psicológicamente que conquistar... en todo caso no me gusta esto que no deja de ser parte y esencia de la vida.

sábado, 5 de julio de 2008

volviendo...

a sentir, a tener algo de esperanza y a reencontrarme con extraños miedos debido a un robo me ha mostrado de nuevo el lado oscuro de esta ciudad.

Examen médico que espero que revele algo sobre mi singular apatía, sobre mi continuo cansancio, aunque de nuevo he comenzado a hacer deporte...

Mi vida amorosa sigue centrada en la relación con Esmeralda, la cual me martiriza con periódicas crisis de las que sale derrotada mi ilusión por la relación.

Ayer volví a salir con mi secretaria, celebración inocente de su cumpleaños que se convirtió gradualmente con las copas en un acoso incomodo. No tan incomodo como el servicio del restaurante en el que le invité a cenar.

Es extraño como ciertas cosas que parecen estúpidas pueden minar mi estado de ánimo o al menos degradarlo hacia la tristeza.

sábado, 19 de abril de 2008

hoy no salgo

hoy no toca, esta vez no...
Mi supuesta chica se queda en su casa con una amiga, o eso al menos espero,... mientras la lluvia cae sobre Madrid y mis ganas de salir y volver a la rutina de cada sábado se esfuman lentamente, no sé si es que me estoy volviendo viejo o si es que todas las ansiedades que recojo durante la semana y hago mías en forma de pereza vencen de nuevo la batalla del tedio.
Tampoco he vuelto a ir a nadar esta semana y tampoco he encontrado en ningún sitio la definitiva palanca que consiga auparme hacia ese estado de esperanza e ilusión.
Vacaciones, viajes, puentes, mi empresa, ideas... a veces me envuelve una extraña sensación, me encuentro más solo mientras ando por la calle que delante de un ordenador...
La vida sigue escapándose, el reloj sigue su marcha hacia atrás, y en el activo de mis experiencias no veo grandes dividendos...
Muchas siento que alguien me arranca la serotonina, y que voy a morir siendo una copia más de un producto indistinguible de una gran firma.

sábado, 29 de marzo de 2008

fiesta nocturna

Y acepté... la fiesta a la que me invitaba mi secretaría prometía... famoseo de segunda, barra libre, garito cerca de mi casa, que más podía pedir?

La noche transcurrió de la mejor forma, ... de forma natural, tras la primera hora de cotilleo generalizado... a ver quién está, a ver a quién conocemos... la sucesión de copas daba paso a un relajamiento espontáneo, a una química especial que cuajaba rápidamente y que terminó en un acercamiento incomodo para mí. Roces, presentación a su ex-novio y unos continuos "vamos a bailar" que esquivaba con mi repertorio de payasadas estudiadas.

Afortunadamente la noche acabó también de forma natural aunque con un soso por mi parte "vámonos que mañana tenemos que madrugar".

Horas más tarde, ya en la cama, me dejó tan pensativo lo de la presentación a su ex-novio que no pude llegar a finiquitar mi momento onanista pensando en la actriz de moda que bailaba deshinibidamente a escasos centímetros vistiendo un curioso vestido plateado.

Hoy vuelvo a salir, con la autoestima baja a pesar del interés de mi secre, sobre todo por mi apariencia y mi peso que no consigo terminar de controlar.

El trabajo sigue bien, disfrutando de lo que hago cada día más, estando por encima de las incoherencias de mi firma y perfilando un proyecto propio.
Sigo subiendo...

lunes, 10 de marzo de 2008

siento la pendiente ascendente

Acabo de pasar el valle, comienza la ascención en mi curva emocional. Arriba , arriba, hasta la cima...
No sé exactamente si existirá una teoría perfecta que explique mis biorritmos, ni si mi creciente motivación se analizará bajo extraños métodos conductistas,... solo sé que estoy feliz, que sigo en ese estado de calma de quién no tiene problemas relevantes, y los pocos que tiene, ni le importan, por el contrario pequeñas dosis de energia se han instalado en mí en forma de microilusiones.
Ya he alcanzado un equilibrio en mi relación con Esmeralda, ya tengo una fórmula para redirigir los envites de mi secretaria. Me siento activo, me siento bien.
He vuelto a la vida, estoy volviendo a crecer...

miércoles, 27 de febrero de 2008

mi secretaria

mi secretaria está enamorada de mí.

Se le nota en la cara y en la actitud, comienza todos sus mails con un "hola amore" y los cierra con "muchos besitos", cada día intenta quedar afterwork para tomar algo, para tomar una cañas, para un "vamos a hacer algo, no?".

Las excusas de que "todavía tengo que trabajar", "hoy he quedado", "tengo planes" o la más habitual "estoy cansado" no amedrentan su voluntad.

Lo viene intentando por activa y por pasiva, fingiendo días melancólicos para observar mi reacción, crisis existenciales, desbordes de alegría espontánea que hay que celebrar.

Yo me mantengo inmutable, a veces creo que eso es lo que alimenta su fantasía, mi falta de accesibilidad...

Resulta más que obvio que no me gusta, que paradójicamente, la considero solo "una amiga", que es divertida, graciosa y locuaz, pero no me provoca cosquilleos, ni desvaríos, ni hace tambalear mi estructura de principios.

Por lo demás, vuelvo a un estado de ansiedad constante, fruto de una dispersión evidente en el trabajo que impide que me centre en terminar ciertos temas.Vuelvo a comer sin sentido, a esperar que venga la primavera y vuelva ver la luz del sol cuando salgo de trabajar.

domingo, 10 de febrero de 2008

ansiedad

la ansiedad se ha instalado en mí, y no sé exactamente a que, ni por qué...
No puedo negar que paso por una de las epocas más grises de mi vida, de mi verdadera vida, de aquella que yo elegí.
Prueba de ello es que he renunciado a Madrid, cada vez me parece más fria, mas peligrosa, mas compleja.Las personas se van tan rápido como vienen dejando una huella cada vez menos intensa en mi corazón...
Mientras tanto pierdo el tiempo viendo fotos de años anteriores, de fiestas, de grupos de amigos que ya no están, que se fueron o que desaparecieron.
He perdido la fe en mi mismo, en mi fuerza de voluntad, en cambiar hacia esa persona que siempre imaginé.
Crei que la vida no me arrancaría ninguna cicatriz, ya tengo miedo a tener la primera...

domingo, 27 de enero de 2008

rutina existencial

He perdido la sonrisa...
no se dónde la he dejado o que es lo que me la ha arrebatado.
Mis días se suceden en una cansina nueva rutina de trabajo y más trabajo, dónde queda muy poco tiempo para la vida social y cuando queda... lo que no queda es humor.
Mi secretaria se ha enamorado de mí, me escribe SMS continuamente pidiéndome cañas afterwork, yo la evito muy cortésmente... tal vez sea esta una de las razones por la que me quedo hasta más tarde en la oficina.
Su insistencia me resulta halagadora, pero es contrarestada rápidamente por la pérdida de autoestima que me produce el no tener el suficiente coraje para entrar a una tía, aunque haya intercambio de miradas y revoloteo continuo alrededor de nuestra posición.
Mi amigo de batallas se ha ido a otro ciudad, ayer salí con otro que competía en desparpajo con las cuatro columnas del bar...
Cada mañana cuando me subo en la balanza experimento otro desgaste a esa sonrisa... no consigo quitarme ni uno de los cuatro kilos que me sobran... excusa sobre excusa conformo una fuerte estructura de conformismo, y la falta de emoción en mi relación, ya más que estable con Esmeralda, no se constituye como el terremoto que preciso para romperla...
Nuevas ilusiones... dónde coño os habéis metido??
Lectores, que hacen ustedes cuando entrar en una rutina existencial?