sábado, 5 de julio de 2008

volviendo...

a sentir, a tener algo de esperanza y a reencontrarme con extraños miedos debido a un robo me ha mostrado de nuevo el lado oscuro de esta ciudad.

Examen médico que espero que revele algo sobre mi singular apatía, sobre mi continuo cansancio, aunque de nuevo he comenzado a hacer deporte...

Mi vida amorosa sigue centrada en la relación con Esmeralda, la cual me martiriza con periódicas crisis de las que sale derrotada mi ilusión por la relación.

Ayer volví a salir con mi secretaria, celebración inocente de su cumpleaños que se convirtió gradualmente con las copas en un acoso incomodo. No tan incomodo como el servicio del restaurante en el que le invité a cenar.

Es extraño como ciertas cosas que parecen estúpidas pueden minar mi estado de ánimo o al menos degradarlo hacia la tristeza.

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